martes, 17 de julio de 2012

Todo seguirá igual

I know that I shall meet my fate /somewhere among the clouds above; /those that I fight I do not hate, /those that I guard I do not love;/ my country is Kiltartan Cross,/ my countrymen Kiltartan’s poor,/ no likely end could bring them loss/ or leave them happier than before./ Nor law, nor duty bade me fight,/ nor public men, nor cheering crowds,/ a lonely impulse of delight/ drove to this tumult in the clouds;/ I balanced all, brought all to mind,/ the years to come seemed waste of breath,/ a waste of breath the years behind/ in balance with this life, this death. 'An Irish Airman Foresees His Death' [William Butler Yeats, 1918] (Imágenes: 'Sólo los ángeles tienen alas', Howard Hawks, 1939)

sábado, 9 de junio de 2012

"¿Otra vez vosotros, Celtics?"

Por Bird, Parish y McHale. Por Bill Russell y el Misisipi. Por Scorsese y los Dropkick Murphys, el té vertido y los disfraces de mohawk, los Red Soxs y la sopa de almejas. Por Reggie Miller, más que digno segundo mejor triplista de la Historia. Por Di Natale, legendario goleador del Udinese, y DiNatale, constructor del parquet del garden. Por los listones de marrón anarajando, testigos mudos de los horrores de la II Guerra Mundial, y sus "zonas muertas". Por Leon Wood y aquel masajista de los Knicks, victimas indirectas de la genialidad del Pájaro. Por David Stern, sus camisetas, los owners who talk too much, los que confunden experiencia con vejez. Por la tristeza que nos produce que el baloncesto se haya convertido en dinero, músculo  y vehículos KIA. Por lo que representan diecisiete telas colgadas de un techo y lo mal que suena ese número, diecisiete, con lo bonito que es el dieciocho. Por Havlicek, que en una noche como la de hoy en 1974, lejos de Boston, demostró que existía vida más allá de El Halcón, después de meternos él mismo en un buen lío en el Garden dos días antes; así somos nosotros, ¿por qué ganar en 6 partidos? ¿Acaso no tenemos cojones para jugárnosla en un séptimo partido fuera de casa? Por Eddie. Por aquel gordito bebé y su amigo bajito que todavía escuchan los cánticos en los rincones del Garden de la que fue su noche (mañana hace ya dos años). Por Bradley, Wilcox y (¿por qué no?) también por Jermaine. Por aquel hombre a un puro pegado. Por esa afición que perdiendo de 20 no cesa en su grito hasta el último segundo, la única para la que el baloncesto no es un deporte, sino una religión, una forma de vida. Por vosotros: Ryan, Keyon, Marquis, E'Twaun, Mickaël, Shasha, Gregorio, JaJuan, Brandon, Rajon, Ray, Kevin, Paul. Por el verde...

Esta noche tenemos una cita con una sabia y pulcra mujer. Nos conoce más que nadie, y sabe que aunque algunas veces lleguemos tarde al restaurante y la decepcionemos, nuestra relación es imperturbable y sólida, pues nuestro amor dura desde la adolescencia. La Historia nos espera, majestuosa y serena, hoy, a las 2:30 en Miami.


viernes, 11 de mayo de 2012

Garnett, Garnett y Garnett.


"Just do what you do best". Esta frase la habrá pronunciado cualquier entrenador de alevines medianamente sobrio, será una perogrullada, podrá tratarse de la menos profunda de todas las que dijo Red Auerbach, genio creador de lo que hoy son los Boston Celtics, pero a mí me llega como ninguna otra. Puede que sea por su brillante simplicidad, que nos abruma al vivir en un tiempo donde constantemente estamos obligados a elegir entre el tópico o el laberinto conceptual vacío en el que algunos pedantes analistas han tratado de convertir al deporte. O puede que sea porque esta frase resume el juego de los Celtics de siempre: intensidad en la defensa, ataques lentos pero claros, concentración y esa pizca de mística que aporta el Garden; máxima sencillez y economía de recursos. Y eso es lo que han ofrecido estos Celtics (reciclaje de un reciclaje) en la primera ronda de playoffs frente a Atlanta Hawks. La eliminatoria dio lo que prometía, puro baloncesto PO del Este: anotaciones generalmente por debajo de los 85-90 puntos, ataques densos, máxima tensión e intercambio de insultos y provocaciones en ambas direcciones.

El primer partido estuvo controlado por los Hawks hasta los últimos 5 minutos. Teague y Johnson abrieron herida en la defensa exterior de Boston, y junto a los árbitros acabaron desquiciando a Rondo que se autoexpulsó, dejando al equipo huérfano para el segundo partido. Aún así, el equipo se sostuvo gracias al base de Kentucky y a Kevin Garnett. El tiro exterior, una de las armas más potentes de los Celtics, fue una catátrofe: 0-11, con seis triples errados de Paul Pierce.

Con la baja de Rondo y Allen todavía vestido de traje, el segundo partido se presentaba muy complicado para los Celtics (aunque Atlanta también contaba con bajas importantes). Sin embargo, Bradley consiguió cuajar una más que aceptable actuación como PG. Fue un encuentro muy igualado, con el timing de Doc Rivers que llevó el partido a su terreno a pesar de las carencias que todavía evidenciaba su equipo (problemas de nuevo con Teague, monumental). Pero si el partido tuvo un nombre ese fue el de 'Da Truth. El capitán y alma céltica se echó el equipo a las espaldas: tiró, penetro, reboteó, asistió, posteo... hasta irse al 36-14. ¡Todo le salía! Mientras, Garnett hizo el trabajo sucio, llevando a Collins a las 6 faltas y poco a poco mermando la confianza de los jugadores de Atlanta. Fue un partido de reivindicación, porque, como reza el fantástico spot de NBA, Here They ComeBuena aportación también del banquillo.

Quizás fue el tercer partido de la serie el que peores sensaciones nos dejó a los aficionados pese a la victoria. En realidad ambos equipos jugaron bastante mal. Ni siquiera la tensión de la prórroga salvo un partido de poquísimo ritmo y acierto en ninguna canasta. Cabe destacar la vuelta de Ray Allen, con 13 puntos, que a pesar de su mal estado físico permitió esa "segunda opción" en el ataque en estático para buscar el triple lateral con constantes cortes, y el casi habitual triple-doble de Rondo, que volvió como una moto tras las "mini-vacaciones" que se tomó. De todas formas, no se puede sufrir tanto contra unos Hawks sin la mitad de su equipo. Y tomaron nota...

Hubo que esperar al cuarto partido, segundo en el Garden, para ver la mejor versión de estos Celtics, la que nos enamoró en 2008 y 2010. No hubo rival, Boston fue un torrente ofensivo: Pierce enchufadísimo, circulación rapidísima del balón, porcentajes de tiros en la primera parte escandalosos... y la rotación, pues fue una gran obra coral dirigida por Doc Rivers la que evidenció la diferencia entre los dos equipos en la vuelta de Al Horford tras cuatro meses de baja. Poco más hay que añadir a este baño.

En muchas fases del quinto partido Atlanta aplastó físicamente a Boston, lo que se tradujo en robos y constantes anticipaciones en la pintura de los jugadores interiores de los Hawks. Y es que Horford volvió a ser Horford. Superó a los pívots de Boston en las fases claves del partido y acompañó el partidazo de Josh Smith (13-16), que ganó (por primera vez en toda la serie) la partida a Garnett, y que junto al center dominicano volvió locos a los de Massachusetts. En el apartado ofensivo, fue Rondo el que llevó las riendas de su equipo, añadiendo un robo en la última posesión del partido que no pasó del borrador en las páginas de la leyenda céltica al no saber completarlo con la voracidad con la que lo hubiera hecho un Paul o un Deron Williams, es decir, un base "chupón". Claro que ninguno de estos jugadores robaría ese balón.

El sexto partido, aún siendo igualado, fue controlado moral y físicamente por los Celtics desde el minuto 1. Muy parecido al segundo de la serie que comentábamos anteriormente. Aunque si en los anteriores partidos faltó paciencia en la fase ofensiva e inteligencia para encontrar el tiro, esta vez si se consiguieron posiciones fáciles, pero no hubo acierto. Lo que decantó el partido (y puede que la eliminatoria) a favor de Boston fueron sus clásicos arreones y la carencia de fuerza anímica en Atlanta para superarlos. Otra clave ha sido Rondo, jugó más liberado (Teague de más a menos) y pudo mover el balón, penetrar y hasta tirar a su gusto.


KG, siempre KG

Lo sospechamos en temporada regular y confirmamos en la primera ronda de PO: este Garnett es el mejor desde el de 2008. Es emocionante, enternecedor, ver como entre Doc Rivers y el propio jugador han conseguido esta transformación, más bien reaprovechamiento, convirtiéndolo en el único "falso center" de la liga, como lo llama Peter Mihm en una bella licencia cruyffista. (Un cinco versátil llamémoslo para los puristas, el más versátil de todos). La consigna es clara: en los momentos decisivos, ni Allen, ni Pierce, ni Rondo, balones al poste bajo a Garnett y que resuelva. Suya ha sido la culpa de que la defensa interior de Celtics haya rozado la perfección en la mayoría de los partidos (quitando ese fatídico quinto, que, supongo, Bass estudiará en profundidad). A propósito de esto, Antoni Daimiel dió ayer en un tiempo muerto datos bastante reveladores: con Garnett en la cancha la media de puntos anotados de Josh Smith se reduce de 21 a 13, el porcentaje de acierto de 53% a 35%, los tiros libres de 6 a 3, las asistencias de 8 a 3, y mientras Garnett está en el banco Smith está en +37, que con el de Greenville en pista se reduce a -10 (!). El sacrificio y orgullo que ha puesto en el parqué es digno de ovación, pase lo que pase de aquí en adelante.

Mejorar contra Philly
Las semifinales contra los Sixers, aparte de un partido con un grandísimo peso histórico, puede ser más duro de lo que se piensa. Es un rival sin ninguna estrella, pero que defiende muy bien y sale rapidísimo en las transiciones. Nada cómodo para los Celtics, que tendrán que imponer su ritmo si quieren sacar algo positivo. Se puede considerar como una fase de adaptación para un equipo todavía más atlético e infinitamente más ofensivo como Miami Heat. Los Celtics necesitan mayor brillo en la fase ofensiva, dependen demasiado de una defensa, que aunque esté muy bien, puede verse lastrada por los problemas físicos de algunos jugadores. Bradon Bass no ha estado a la altura, y eso se nota. El ala-pívot necesita reencontrarse con el acierto en el tiro de 5 metros y aprovechar la agilidad que tiene respecto a la mayoría de "cuatros" de la liga que le permite defender mejor de lo que ha hecho contra Atlanta. Pietrus es otro que debe ponerse las pilas y meter esos tres-cuatro tiros abiertos que tiene por partido. Sus puntos desde la línea de tres han sido imprescindibles cuando el equipo se atascaba, los necesitamos contra un equipo poderoso en eso como Philadelphia. En el aspecto colectivo hay que forzar más tiros libres (como en el segundo partido contra Atlanta), buscar mayor velocidad en las transiciones y el apoyo de la segunda unidad también en ataque, pues los puntos desde el banquillo son cruciales en PO. Son algunos aspectos en los que necesitamos progresar, pero con la fortaleza mental que están demostrando los Celtics y el magnífico enternador que es Doc Rivers estoy seguro que estas carencias serán anécdotas del pasado a medida que pasen los partidos. Hoy, a las 2:00, tenemos cita en el Garden. Let's Go Celtics!

lunes, 30 de abril de 2012

Perecer cabalgando



"Háblame, oh Musa, de aquél varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aún así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras, ¡Insensatos! Comiéronse las vaca del Sol, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del regreso. ¡Oh diosa hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas."

 Inicio de La Odisea, Homero.

domingo, 22 de enero de 2012

Hipocresía y resultadismo en la prensa y en cierto "madridismo"


No pretendo con este texto hacer una crítica fundamentada y afilada de la actualidad deportiva al estilo de la Libreta de Van Gaal. También pido que disculpen el tono visceral, resentido, subjetivo y casi forofo de mi argumentación, pues en el fondo puede que sea un simple ejercicio de desahogo. Me centraré en dos puntos, de extensiones diferentes:
Afición: con las derrotas los hipócritas salen de debajo de las piedras. Es lamentable ver como "aficionados" madridistas que hace dos días coreaban el nombre de Mourinho hoy lo están echando. Nunca me había percatado de la gran cantidad de farsantes que hay en Concha Espina. Sí la del señorío, ese señorío que consiste en pitar a tu equipo cuando va perdiendo y empezar a animarlo cuando gana (como dijo un usuario de twitter el día del Málaga). “Una afición especial dicen”, “¡la mejor del mundo!”. Lo dudo: si le dices a un inglés que la base para ser la mejor hinchada es pitar a tu equipo, a tu estrella e irte antes de que acabe el partido cuando el asunto va mal te dirá que no sabes lo que es el fútbol y que los misioneros ingleses encargados de enseñarnos este deporte nuevo a finales del siglo XIX no hicieron bien su trabajo. A veces me da vergüenza pertenecer a esta afición (que no vergüenza de ser de este club, un orgullo). Yo critico a Ronaldo como el que más, le exijo lo máximo, pero ir al Bernabéu conlleva una responsabilidad que muy pocos asumen y a mí nunca se me ocurriría pitar a Ronaldo en mi propio estadio. Como decía el otro Ronaldo, el gordito y bueno: “parece que jugamos fuera de casa”. También me molesta esta actitud con el tema Pepe: hace unas tres semanas, a finales de diciembre, estaba en la Grada Baja de un lateral de Bernabéu viendo un intrascendente Real Madrid-Ponferradina, eran los primeros minutos de la segunda parte y a diez metros. Pepe (capitán ese día) hizo una entrada dura pero limpia donde recuperó el balón y acto seguido sonó un grito atronador no empezado por los de siempre: "¡Peeeepeee, Peeeeepeeee...!" que emocionó al jugador y provocó portadas y entrevistas en medios deportivos. Pues bien, estoy seguro que muchos de los que gritaron entonces han expresado estos días su deseo de que el central saliera del equipo la temporada que viene cuando hace unos meses hasta los medios de comunicación intentaban "limpiar su imagen", lo que me lleva al siguiente punto.



Prensa: todos conocemos a los medios catalanes, sabemos por dónde van a ir, es todo muy previsible (véase las dos portadas del día 20, que se olvidan del juego desplegado por su equipo en el clásico copero y por lo tanto siguen haciendo del Madrid el más grande). Pero en el fondo, me da mucho más asco la prensa madridista (bueno, más bien madrileña, porque de madridista creo que ya poco tiene), la más oportunista, sangrienta y poderosa que hay. Tras el clásico la situación era perfecta: tener a Pepe y Mou, juntos por primera vez, en el punto de mira, y esta vez con el apoyo del sector "madridista" antes comentado. Era el momento de hablar de moral, de utilizar conceptos como valores, ética deportiva, la memoria histórica… Empezando por los periódicos: los peces gordos de As nunca se han caracterizado por la honestidad, pero el artículo de Relaño tras la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey ya es la gota que colma el vaso. Desde la llegada de Mourinho al Real Madrid el director del diario As ha demostrado una bipolaridad constante: tan pronto hacía un paralelismo entre el de Setúbal y uno de los grandes inventores del fútbol moderno (Miljanic) como recordaba el caso del cocainómano Mutu y su relación con el entrenador, tan pronto condenaba a Mourinho por desmontar portadas de As sobre la supuesta tangana reconciliadora como alababa la supuesta defensa de The Special One a una teoría que un día se inventó desayunando, y que cierta gente se ha creído dando lugar a portadas lamentables que ni siquiera hubiera firmado el mismísimo Eduardo Inda. Ahora ha vuelto con más fuerza que nunca a hablar de la “imagen del Madrid” (sí, eso que sólo se escucha en boca de antimadridistas en contadas ocasiones) con un objetivo claro: buscar con palabras vacías que el discurso antimourinhista cale en el madridismo -ya lo dijo Mourinho en su primer día en el club “una mentira repetida muchas veces sólo para los inteligentes sigue siendo una mentira”. También se atreve a despotricar sobre Pepe cuando, insisto, fue su periódico el que dedicó una portada de diciembre a lavar su imagen. No se queda atrás su mano derecha Tomás Roncero cuando al acabar el partido, en la tensión del momento, volvió a hacer gala de su capacidad para el discurso populista y demagógico en Punto Pelota, vendido una vez más como “el reflejo de la opinión del madridismo”. Aunque sí que es cierto que el speech de Tomás Roncero, con mayor honestidad y simpleza, carece de la mala intención y la planificación del editorial de su amigo del alma. Pero el periódico que más ha hecho el ridículo estos días es Marca.


Los ingenuos y simplemente marquistas de corazón que intentaron vendernos que con Campillo sería otro diario, serio y fiel a la verdad (con entrevista incluida en la pretenciosa y falsa JotDown) no podían estar más equivocados. Marca sigue siendo una plataforma para vendettas, mentiras, manipulaciones y el amarillismo más patético. Desde la supuesta salida al mercado de Villa hasta la vomitiva portada de hoy, en el Marca de Campillo hay periodistas muy buenos, buenos, regulares, malos y horribles, pero la línea editorial sigue siendo la misma: vender, no importa cómo. Desde la convocatoria de Di María en el clásico la credibilidad de marca ha estado más que nunca en la cuerda floja. El único remedio que se les ocurrió: inventarse que Pepe estaría 15 días en la nevera tras lo del miércoles, a ver si cuela. Como nada de eso ocurrió ahora empieza algo que en la capital tenemos ya muy visto: la campaña a degüello contra el entrenador, empezando por inventarse una guerra civil en el vestuario blanco (citada incluso hoy por ¡el diario As!). A los que defienden a Marca después de todo esto les diré una cosa: en Madrid estamos HARTOS de que la prensa eche a entrenadores, jugadores y presidentes, que sean los periodistas los que hagan las alineaciones, que utilicen su poder para el chantaje y la extorsión. Evitaré hablar de la prensa deportiva en los periódicos generales, porque si el tema es el oportunismo, no habría tiempo para recopilar la lista de fábulas e invenciones de Diego Torres y Eleonora Giovio que han ocupado las páginas de El País día sí y día también.

En radios y televisiones, me centraré en una cadena de radio y una de TV, no por capricho, sino porque son las que más veo y escucho, así más respaldada está, por lo tanto, mi opinión. Canal + ha sido un nido de anti-madridismo siempre, todos lo saben y aceptan, por eso no me extrañó la indignación durante la retransmisión del señor Carlos Martínez con la conducta de Pepe. Razones no le faltaban, lo que hizo el jugador del Madrid es una vergüenza y se deberían tomar cartas en el asunto para que modere su conducta caliente y agresiva. Lo que molesta es que las críticas vengan de una cadena que no hace tanto hizo uno de los mayores ridículos del periodismo en España cuando las ganas de desestabilizar al Madrid de Mourinho llevaron a difundir el mensaje de que el entrenador del club blanco estaba planteando marcharse del club, según les informó el supuesto portavoz de Mourinho Eladio Paramés. En aquel momento las redes sociales funcionaron como vía para que los periodistas afines a la empresa la respaldaran y agravarán, llegando al extremo (Juanma Castaño) de acusar de mentiroso al portavoz y por horas se había creado un apocalipsis en el Real Madrid que más tarde sería desmentido. Fue en Punto Pelota, cuando al llamar al número de Paramés les contestó un joven vasco actual titular del número: Canal + ni siquiera se molestó en hablar directamente con Eladio, le bastó con un chistoso mensaje enviado por el número antiguo del portavoz para montar la exclusiva del siglo. Periodismo, sí señor. Todo esto se queda en nada cuando hablamos de la COPE: el aparentemente fresco e inocente proyecto formado en el verano de 2010 por las antiguas estrellas de la redacción de deportes de la Ser se convirtió muy pronto en el principal altavoz desestabilizador del Madrid en los medios radiofónicos. Mi crítica reposa sobre las dos figuras más importantes en este medio (junto con Pepe Domingo Castaño y Paco González): Manolo Lama y Juan Antonio Alcalá. Tras el partido del miércoles ambos fueron de los que se lanzaron como flechas a criticar al Madrid de Mourinho, Florentino… y Pepe. El periodista cordobés no tardó en dejar caer que Mourinho no sirve para llevar a este Madrid (sí, Manolo Lama, el que aún hoy sigue defendiendo la labor del Ingeniero Pellegrini en su año en Chanmartín), tampoco le tembló el pulso al hablar de la falta de moral de Pepe, inducida por José Mourinho, y aquí el tema se vuelve serio: yo no quiero pertenecer a una sociedad donde un periodista tiene voz para hablar de moral cuando todavía recordamos su asquerosa y condenable humillación a un mendigo en Hamburgo, en vivo y en directo, una escena que en cualquier país habría supuesto la suspensión de cargo y profesión, pero This is Spain, y aquí con esta gentuza lo que hacemos es subirles el sueldo. A esto se le añade el telediario deportivo de Cuatro ayer día 20, uno de los más vergonzosos que un servidor ha visto, cuando Lama entre frase y frase colaba comentarios falaces, mentiras o simplemente enunciaba segregando, como siempre, ese trasfondo cínico que tanto le gusta. El caso de Juan Antonio Alcalá es diferente, aunque sus opiniones son simplistas y escasas en argumentos, nunca denotan rechazo a Mourinho. Pero si por algo se ha hablado de este periodista este año es por el famoso rumor de la acusación del Madrid de dopaje en el FC Barcelona. Sea o no suyo, fue un cuento creado única y exclusivamente para atacar al Real Madrid como club. Este fallo gravísimo tendría que haberle costado el puesto, pues manchó deliberadamente la imagen de dos clubs limpios. Sin embargo, continúa siendo uno de los hombres con más poder en la radio más mediática a nivel deportivo de España. ¿Y creían que aún así se iba a cortar a la hora de dar lecciones morales? Por supuesto que no, incluso su actitud chulesca se mantendría en Twitter (con ejercicios de clasismo, hablando de su sueldo y comparándolo directamente con el de twitteros normales y corrientes) y mandando recaditos en directo a su anterior cadena y a sus excompañeros. ¿Cómo iba a atreverse a hablar de valores un hombre que ha cometido tales errores? ¿No es lógico que reservase las críticas a Pepe a alguien con más crédito en asuntos de moral?
Por supuesto tras el mensaje (para mí erróneo) de Pepe disculpándose de su pisotón “involuntario”, la hipocresía volvió a extenderse en las redacciones de Madrid. “Sólo lo ha empeorado”, “ni siquiera pide perdón como los hombres”, “es un mentiroso”, “Juanito sí que lo hizo bien”… comentarios de periodistas que en su día tuvieron la desfachatez de defender el comentario racista de Busquets y más tarde creerle cuando tuvo la poca vergüenza de desmintirlo ante las cámaras. La doble vara de medir existe en los dos lados del puente aéreo, pero lamentablemente el equipo perjudicado siempre es el mismo.
Este es un resumen de lo que es la prensa en Madrid, con sus contradicciones, falta de ética periodística, oportunismo, sensacionalismo… que con los últimos resultados está calando en parte de la afición. ¡No lo permitamos! El poder de los medios sobre las masas será el que nosotros le queramos dar.