viernes, 11 de mayo de 2012

Garnett, Garnett y Garnett.


"Just do what you do best". Esta frase la habrá pronunciado cualquier entrenador de alevines medianamente sobrio, será una perogrullada, podrá tratarse de la menos profunda de todas las que dijo Red Auerbach, genio creador de lo que hoy son los Boston Celtics, pero a mí me llega como ninguna otra. Puede que sea por su brillante simplicidad, que nos abruma al vivir en un tiempo donde constantemente estamos obligados a elegir entre el tópico o el laberinto conceptual vacío en el que algunos pedantes analistas han tratado de convertir al deporte. O puede que sea porque esta frase resume el juego de los Celtics de siempre: intensidad en la defensa, ataques lentos pero claros, concentración y esa pizca de mística que aporta el Garden; máxima sencillez y economía de recursos. Y eso es lo que han ofrecido estos Celtics (reciclaje de un reciclaje) en la primera ronda de playoffs frente a Atlanta Hawks. La eliminatoria dio lo que prometía, puro baloncesto PO del Este: anotaciones generalmente por debajo de los 85-90 puntos, ataques densos, máxima tensión e intercambio de insultos y provocaciones en ambas direcciones.

El primer partido estuvo controlado por los Hawks hasta los últimos 5 minutos. Teague y Johnson abrieron herida en la defensa exterior de Boston, y junto a los árbitros acabaron desquiciando a Rondo que se autoexpulsó, dejando al equipo huérfano para el segundo partido. Aún así, el equipo se sostuvo gracias al base de Kentucky y a Kevin Garnett. El tiro exterior, una de las armas más potentes de los Celtics, fue una catátrofe: 0-11, con seis triples errados de Paul Pierce.

Con la baja de Rondo y Allen todavía vestido de traje, el segundo partido se presentaba muy complicado para los Celtics (aunque Atlanta también contaba con bajas importantes). Sin embargo, Bradley consiguió cuajar una más que aceptable actuación como PG. Fue un encuentro muy igualado, con el timing de Doc Rivers que llevó el partido a su terreno a pesar de las carencias que todavía evidenciaba su equipo (problemas de nuevo con Teague, monumental). Pero si el partido tuvo un nombre ese fue el de 'Da Truth. El capitán y alma céltica se echó el equipo a las espaldas: tiró, penetro, reboteó, asistió, posteo... hasta irse al 36-14. ¡Todo le salía! Mientras, Garnett hizo el trabajo sucio, llevando a Collins a las 6 faltas y poco a poco mermando la confianza de los jugadores de Atlanta. Fue un partido de reivindicación, porque, como reza el fantástico spot de NBA, Here They ComeBuena aportación también del banquillo.

Quizás fue el tercer partido de la serie el que peores sensaciones nos dejó a los aficionados pese a la victoria. En realidad ambos equipos jugaron bastante mal. Ni siquiera la tensión de la prórroga salvo un partido de poquísimo ritmo y acierto en ninguna canasta. Cabe destacar la vuelta de Ray Allen, con 13 puntos, que a pesar de su mal estado físico permitió esa "segunda opción" en el ataque en estático para buscar el triple lateral con constantes cortes, y el casi habitual triple-doble de Rondo, que volvió como una moto tras las "mini-vacaciones" que se tomó. De todas formas, no se puede sufrir tanto contra unos Hawks sin la mitad de su equipo. Y tomaron nota...

Hubo que esperar al cuarto partido, segundo en el Garden, para ver la mejor versión de estos Celtics, la que nos enamoró en 2008 y 2010. No hubo rival, Boston fue un torrente ofensivo: Pierce enchufadísimo, circulación rapidísima del balón, porcentajes de tiros en la primera parte escandalosos... y la rotación, pues fue una gran obra coral dirigida por Doc Rivers la que evidenció la diferencia entre los dos equipos en la vuelta de Al Horford tras cuatro meses de baja. Poco más hay que añadir a este baño.

En muchas fases del quinto partido Atlanta aplastó físicamente a Boston, lo que se tradujo en robos y constantes anticipaciones en la pintura de los jugadores interiores de los Hawks. Y es que Horford volvió a ser Horford. Superó a los pívots de Boston en las fases claves del partido y acompañó el partidazo de Josh Smith (13-16), que ganó (por primera vez en toda la serie) la partida a Garnett, y que junto al center dominicano volvió locos a los de Massachusetts. En el apartado ofensivo, fue Rondo el que llevó las riendas de su equipo, añadiendo un robo en la última posesión del partido que no pasó del borrador en las páginas de la leyenda céltica al no saber completarlo con la voracidad con la que lo hubiera hecho un Paul o un Deron Williams, es decir, un base "chupón". Claro que ninguno de estos jugadores robaría ese balón.

El sexto partido, aún siendo igualado, fue controlado moral y físicamente por los Celtics desde el minuto 1. Muy parecido al segundo de la serie que comentábamos anteriormente. Aunque si en los anteriores partidos faltó paciencia en la fase ofensiva e inteligencia para encontrar el tiro, esta vez si se consiguieron posiciones fáciles, pero no hubo acierto. Lo que decantó el partido (y puede que la eliminatoria) a favor de Boston fueron sus clásicos arreones y la carencia de fuerza anímica en Atlanta para superarlos. Otra clave ha sido Rondo, jugó más liberado (Teague de más a menos) y pudo mover el balón, penetrar y hasta tirar a su gusto.


KG, siempre KG

Lo sospechamos en temporada regular y confirmamos en la primera ronda de PO: este Garnett es el mejor desde el de 2008. Es emocionante, enternecedor, ver como entre Doc Rivers y el propio jugador han conseguido esta transformación, más bien reaprovechamiento, convirtiéndolo en el único "falso center" de la liga, como lo llama Peter Mihm en una bella licencia cruyffista. (Un cinco versátil llamémoslo para los puristas, el más versátil de todos). La consigna es clara: en los momentos decisivos, ni Allen, ni Pierce, ni Rondo, balones al poste bajo a Garnett y que resuelva. Suya ha sido la culpa de que la defensa interior de Celtics haya rozado la perfección en la mayoría de los partidos (quitando ese fatídico quinto, que, supongo, Bass estudiará en profundidad). A propósito de esto, Antoni Daimiel dió ayer en un tiempo muerto datos bastante reveladores: con Garnett en la cancha la media de puntos anotados de Josh Smith se reduce de 21 a 13, el porcentaje de acierto de 53% a 35%, los tiros libres de 6 a 3, las asistencias de 8 a 3, y mientras Garnett está en el banco Smith está en +37, que con el de Greenville en pista se reduce a -10 (!). El sacrificio y orgullo que ha puesto en el parqué es digno de ovación, pase lo que pase de aquí en adelante.

Mejorar contra Philly
Las semifinales contra los Sixers, aparte de un partido con un grandísimo peso histórico, puede ser más duro de lo que se piensa. Es un rival sin ninguna estrella, pero que defiende muy bien y sale rapidísimo en las transiciones. Nada cómodo para los Celtics, que tendrán que imponer su ritmo si quieren sacar algo positivo. Se puede considerar como una fase de adaptación para un equipo todavía más atlético e infinitamente más ofensivo como Miami Heat. Los Celtics necesitan mayor brillo en la fase ofensiva, dependen demasiado de una defensa, que aunque esté muy bien, puede verse lastrada por los problemas físicos de algunos jugadores. Bradon Bass no ha estado a la altura, y eso se nota. El ala-pívot necesita reencontrarse con el acierto en el tiro de 5 metros y aprovechar la agilidad que tiene respecto a la mayoría de "cuatros" de la liga que le permite defender mejor de lo que ha hecho contra Atlanta. Pietrus es otro que debe ponerse las pilas y meter esos tres-cuatro tiros abiertos que tiene por partido. Sus puntos desde la línea de tres han sido imprescindibles cuando el equipo se atascaba, los necesitamos contra un equipo poderoso en eso como Philadelphia. En el aspecto colectivo hay que forzar más tiros libres (como en el segundo partido contra Atlanta), buscar mayor velocidad en las transiciones y el apoyo de la segunda unidad también en ataque, pues los puntos desde el banquillo son cruciales en PO. Son algunos aspectos en los que necesitamos progresar, pero con la fortaleza mental que están demostrando los Celtics y el magnífico enternador que es Doc Rivers estoy seguro que estas carencias serán anécdotas del pasado a medida que pasen los partidos. Hoy, a las 2:00, tenemos cita en el Garden. Let's Go Celtics!