domingo, 22 de enero de 2012

Hipocresía y resultadismo en la prensa y en cierto "madridismo"


No pretendo con este texto hacer una crítica fundamentada y afilada de la actualidad deportiva al estilo de la Libreta de Van Gaal. También pido que disculpen el tono visceral, resentido, subjetivo y casi forofo de mi argumentación, pues en el fondo puede que sea un simple ejercicio de desahogo. Me centraré en dos puntos, de extensiones diferentes:
Afición: con las derrotas los hipócritas salen de debajo de las piedras. Es lamentable ver como "aficionados" madridistas que hace dos días coreaban el nombre de Mourinho hoy lo están echando. Nunca me había percatado de la gran cantidad de farsantes que hay en Concha Espina. Sí la del señorío, ese señorío que consiste en pitar a tu equipo cuando va perdiendo y empezar a animarlo cuando gana (como dijo un usuario de twitter el día del Málaga). “Una afición especial dicen”, “¡la mejor del mundo!”. Lo dudo: si le dices a un inglés que la base para ser la mejor hinchada es pitar a tu equipo, a tu estrella e irte antes de que acabe el partido cuando el asunto va mal te dirá que no sabes lo que es el fútbol y que los misioneros ingleses encargados de enseñarnos este deporte nuevo a finales del siglo XIX no hicieron bien su trabajo. A veces me da vergüenza pertenecer a esta afición (que no vergüenza de ser de este club, un orgullo). Yo critico a Ronaldo como el que más, le exijo lo máximo, pero ir al Bernabéu conlleva una responsabilidad que muy pocos asumen y a mí nunca se me ocurriría pitar a Ronaldo en mi propio estadio. Como decía el otro Ronaldo, el gordito y bueno: “parece que jugamos fuera de casa”. También me molesta esta actitud con el tema Pepe: hace unas tres semanas, a finales de diciembre, estaba en la Grada Baja de un lateral de Bernabéu viendo un intrascendente Real Madrid-Ponferradina, eran los primeros minutos de la segunda parte y a diez metros. Pepe (capitán ese día) hizo una entrada dura pero limpia donde recuperó el balón y acto seguido sonó un grito atronador no empezado por los de siempre: "¡Peeeepeee, Peeeeepeeee...!" que emocionó al jugador y provocó portadas y entrevistas en medios deportivos. Pues bien, estoy seguro que muchos de los que gritaron entonces han expresado estos días su deseo de que el central saliera del equipo la temporada que viene cuando hace unos meses hasta los medios de comunicación intentaban "limpiar su imagen", lo que me lleva al siguiente punto.



Prensa: todos conocemos a los medios catalanes, sabemos por dónde van a ir, es todo muy previsible (véase las dos portadas del día 20, que se olvidan del juego desplegado por su equipo en el clásico copero y por lo tanto siguen haciendo del Madrid el más grande). Pero en el fondo, me da mucho más asco la prensa madridista (bueno, más bien madrileña, porque de madridista creo que ya poco tiene), la más oportunista, sangrienta y poderosa que hay. Tras el clásico la situación era perfecta: tener a Pepe y Mou, juntos por primera vez, en el punto de mira, y esta vez con el apoyo del sector "madridista" antes comentado. Era el momento de hablar de moral, de utilizar conceptos como valores, ética deportiva, la memoria histórica… Empezando por los periódicos: los peces gordos de As nunca se han caracterizado por la honestidad, pero el artículo de Relaño tras la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey ya es la gota que colma el vaso. Desde la llegada de Mourinho al Real Madrid el director del diario As ha demostrado una bipolaridad constante: tan pronto hacía un paralelismo entre el de Setúbal y uno de los grandes inventores del fútbol moderno (Miljanic) como recordaba el caso del cocainómano Mutu y su relación con el entrenador, tan pronto condenaba a Mourinho por desmontar portadas de As sobre la supuesta tangana reconciliadora como alababa la supuesta defensa de The Special One a una teoría que un día se inventó desayunando, y que cierta gente se ha creído dando lugar a portadas lamentables que ni siquiera hubiera firmado el mismísimo Eduardo Inda. Ahora ha vuelto con más fuerza que nunca a hablar de la “imagen del Madrid” (sí, eso que sólo se escucha en boca de antimadridistas en contadas ocasiones) con un objetivo claro: buscar con palabras vacías que el discurso antimourinhista cale en el madridismo -ya lo dijo Mourinho en su primer día en el club “una mentira repetida muchas veces sólo para los inteligentes sigue siendo una mentira”. También se atreve a despotricar sobre Pepe cuando, insisto, fue su periódico el que dedicó una portada de diciembre a lavar su imagen. No se queda atrás su mano derecha Tomás Roncero cuando al acabar el partido, en la tensión del momento, volvió a hacer gala de su capacidad para el discurso populista y demagógico en Punto Pelota, vendido una vez más como “el reflejo de la opinión del madridismo”. Aunque sí que es cierto que el speech de Tomás Roncero, con mayor honestidad y simpleza, carece de la mala intención y la planificación del editorial de su amigo del alma. Pero el periódico que más ha hecho el ridículo estos días es Marca.


Los ingenuos y simplemente marquistas de corazón que intentaron vendernos que con Campillo sería otro diario, serio y fiel a la verdad (con entrevista incluida en la pretenciosa y falsa JotDown) no podían estar más equivocados. Marca sigue siendo una plataforma para vendettas, mentiras, manipulaciones y el amarillismo más patético. Desde la supuesta salida al mercado de Villa hasta la vomitiva portada de hoy, en el Marca de Campillo hay periodistas muy buenos, buenos, regulares, malos y horribles, pero la línea editorial sigue siendo la misma: vender, no importa cómo. Desde la convocatoria de Di María en el clásico la credibilidad de marca ha estado más que nunca en la cuerda floja. El único remedio que se les ocurrió: inventarse que Pepe estaría 15 días en la nevera tras lo del miércoles, a ver si cuela. Como nada de eso ocurrió ahora empieza algo que en la capital tenemos ya muy visto: la campaña a degüello contra el entrenador, empezando por inventarse una guerra civil en el vestuario blanco (citada incluso hoy por ¡el diario As!). A los que defienden a Marca después de todo esto les diré una cosa: en Madrid estamos HARTOS de que la prensa eche a entrenadores, jugadores y presidentes, que sean los periodistas los que hagan las alineaciones, que utilicen su poder para el chantaje y la extorsión. Evitaré hablar de la prensa deportiva en los periódicos generales, porque si el tema es el oportunismo, no habría tiempo para recopilar la lista de fábulas e invenciones de Diego Torres y Eleonora Giovio que han ocupado las páginas de El País día sí y día también.

En radios y televisiones, me centraré en una cadena de radio y una de TV, no por capricho, sino porque son las que más veo y escucho, así más respaldada está, por lo tanto, mi opinión. Canal + ha sido un nido de anti-madridismo siempre, todos lo saben y aceptan, por eso no me extrañó la indignación durante la retransmisión del señor Carlos Martínez con la conducta de Pepe. Razones no le faltaban, lo que hizo el jugador del Madrid es una vergüenza y se deberían tomar cartas en el asunto para que modere su conducta caliente y agresiva. Lo que molesta es que las críticas vengan de una cadena que no hace tanto hizo uno de los mayores ridículos del periodismo en España cuando las ganas de desestabilizar al Madrid de Mourinho llevaron a difundir el mensaje de que el entrenador del club blanco estaba planteando marcharse del club, según les informó el supuesto portavoz de Mourinho Eladio Paramés. En aquel momento las redes sociales funcionaron como vía para que los periodistas afines a la empresa la respaldaran y agravarán, llegando al extremo (Juanma Castaño) de acusar de mentiroso al portavoz y por horas se había creado un apocalipsis en el Real Madrid que más tarde sería desmentido. Fue en Punto Pelota, cuando al llamar al número de Paramés les contestó un joven vasco actual titular del número: Canal + ni siquiera se molestó en hablar directamente con Eladio, le bastó con un chistoso mensaje enviado por el número antiguo del portavoz para montar la exclusiva del siglo. Periodismo, sí señor. Todo esto se queda en nada cuando hablamos de la COPE: el aparentemente fresco e inocente proyecto formado en el verano de 2010 por las antiguas estrellas de la redacción de deportes de la Ser se convirtió muy pronto en el principal altavoz desestabilizador del Madrid en los medios radiofónicos. Mi crítica reposa sobre las dos figuras más importantes en este medio (junto con Pepe Domingo Castaño y Paco González): Manolo Lama y Juan Antonio Alcalá. Tras el partido del miércoles ambos fueron de los que se lanzaron como flechas a criticar al Madrid de Mourinho, Florentino… y Pepe. El periodista cordobés no tardó en dejar caer que Mourinho no sirve para llevar a este Madrid (sí, Manolo Lama, el que aún hoy sigue defendiendo la labor del Ingeniero Pellegrini en su año en Chanmartín), tampoco le tembló el pulso al hablar de la falta de moral de Pepe, inducida por José Mourinho, y aquí el tema se vuelve serio: yo no quiero pertenecer a una sociedad donde un periodista tiene voz para hablar de moral cuando todavía recordamos su asquerosa y condenable humillación a un mendigo en Hamburgo, en vivo y en directo, una escena que en cualquier país habría supuesto la suspensión de cargo y profesión, pero This is Spain, y aquí con esta gentuza lo que hacemos es subirles el sueldo. A esto se le añade el telediario deportivo de Cuatro ayer día 20, uno de los más vergonzosos que un servidor ha visto, cuando Lama entre frase y frase colaba comentarios falaces, mentiras o simplemente enunciaba segregando, como siempre, ese trasfondo cínico que tanto le gusta. El caso de Juan Antonio Alcalá es diferente, aunque sus opiniones son simplistas y escasas en argumentos, nunca denotan rechazo a Mourinho. Pero si por algo se ha hablado de este periodista este año es por el famoso rumor de la acusación del Madrid de dopaje en el FC Barcelona. Sea o no suyo, fue un cuento creado única y exclusivamente para atacar al Real Madrid como club. Este fallo gravísimo tendría que haberle costado el puesto, pues manchó deliberadamente la imagen de dos clubs limpios. Sin embargo, continúa siendo uno de los hombres con más poder en la radio más mediática a nivel deportivo de España. ¿Y creían que aún así se iba a cortar a la hora de dar lecciones morales? Por supuesto que no, incluso su actitud chulesca se mantendría en Twitter (con ejercicios de clasismo, hablando de su sueldo y comparándolo directamente con el de twitteros normales y corrientes) y mandando recaditos en directo a su anterior cadena y a sus excompañeros. ¿Cómo iba a atreverse a hablar de valores un hombre que ha cometido tales errores? ¿No es lógico que reservase las críticas a Pepe a alguien con más crédito en asuntos de moral?
Por supuesto tras el mensaje (para mí erróneo) de Pepe disculpándose de su pisotón “involuntario”, la hipocresía volvió a extenderse en las redacciones de Madrid. “Sólo lo ha empeorado”, “ni siquiera pide perdón como los hombres”, “es un mentiroso”, “Juanito sí que lo hizo bien”… comentarios de periodistas que en su día tuvieron la desfachatez de defender el comentario racista de Busquets y más tarde creerle cuando tuvo la poca vergüenza de desmintirlo ante las cámaras. La doble vara de medir existe en los dos lados del puente aéreo, pero lamentablemente el equipo perjudicado siempre es el mismo.
Este es un resumen de lo que es la prensa en Madrid, con sus contradicciones, falta de ética periodística, oportunismo, sensacionalismo… que con los últimos resultados está calando en parte de la afición. ¡No lo permitamos! El poder de los medios sobre las masas será el que nosotros le queramos dar.

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