viernes, 15 de abril de 2011

Play-offs 2011: favoritos

Ya empieza lo bueno. La NBA clausura su periodo de transición hacia una de los post-temporadas más abiertas que se recuerdan. En tiempos de rumores, fichajes, estrellas, lock-out y cambios generacionales los ocho mejores equipos de cada conferencia preparan lo que para algunos es un sueño, para otros una obligación y la última oportunidad para unos pocos.
Desde el All-Star Break el horizonte se ha desvirtuado de forma tan variada que llegamos a un punto en que resulta imposible interpretar esa tela de araña de tácticas, psicología y fisiología que crean los entrenadores en los últimos partidos de la temporada regular. Cuando el baloncesto es sustituido por el poker queda esperar en un estado contemplativo, en un juego donde la previsibilidad ya no tiene cabida.
Pasemos, sin más, a analizar los máximos favoritos, según mi criterio personal, a partir de lo mostrado (y no mostrado) a lo largo de la temporada.


Los Angeles Lakers. Tras el All-Star demostraron con una racha apabullante al nivel que están estos Lakers, versión cada año mejorada por Phil Jackson. Basta sólo con repasar sus últimos enfrentamientos contra rivales directos como Dallas o San Antonio para comprobar que el conjunto californiano puede arrasar en su conferencia si se lo propone. Pero siempre estará ese margen tan propio de ellos y de los equipos grandes, el de la incertidumbre ante las circunstancias. A la inoportuna lesión de Bynum (que quitará a Phil Jackson el dominio absoluto del juego interior de los últimos partidos) se le suman la dependencia de la figura de Kobe Bryant, sobre el cual gira todo el sistema ofensivo de Los Angeles, y de jugadores cuyo habitat es el claroscuro, como Odom y Artest. Máximos favoritos, en principio.

Miami Heat. La irregularidad a lo largo de todo el año del equipo de Florida es tomada ya a broma por los aficionados al baloncesto. Miami Heat es capaz de lo mejor y de lo peor, de ser humillados por la víctima del verano, los Cavaliers, a humillar y hundir a Boston Celtics, su rival directo en la Conferencia Este. Muchos son sus defectos y virtudes: nos encontramos ante un equipo que lo deja todo en manos de la genialidad de dos cracks absolutos. El rigor táctico, la circulación de balón y la confianza grupal son sacrificados en pos de la absorción del juego exterior por parte de Wade y Lebron más unos cuantos tiradores y reboteadores de nivel medio-bajo que rellenan la plantilla. Sin embargo, evitando este catastrofismo tan propio de mí cuando me refiero a la franquicia de Pat Riley, creo que en estos últimos partidos, sobre todo el mencionado anteriormente contra Boston, han demostrado muchísima más cabeza y orden defensivo (en el pick and roll, por ejemplo). Llegan crecidos, con su Big Three en un buen estado de forma y parece que Philadelphia sólo podrá ser el sparring de cara a unas semifinales de conferencia épicas ante el ganador del NY-Boston.


Boston Celtics. Aquí me permitiré el lujo de extenderme un poco más, pues la reflexión lo merece. Cuando hablo con los aficionados al basket siempre me encuentro con que los equipos que les gustan a la gente son aquellos que renuncian a la defensa y apuestan por un juego mucho más ofensivo, de partidos con anotaciones altísimas; actualmente las personas también son más proclives a ser de un equipo por la figura individual de un jugador que les maravilla y hace soñar, por encima de escudos y sentimientos "hooliganescos". No obstante, yo siempre me he encontrado en una minoría que siente los colores, que considera que la institución y su historia están por encima del show y la diversión. Por eso mismo me parece importantísimo defender a los Celtics, últimos representantes de este tipo de equipo en peligro de extinción. Cuando veo a Paul Pierce, Ray Allen, Rajon Rondo y Kevin Garnett pisar el parket del Garden portando esa mirada de concentración y madurez, enfundados en ese verde puro tan atlántico, me es imposible no emocionarme recordando el carácter y espíritu competitivo de Larry Bird y Jo Jo White en sus rostros. Los chicos de Doc Rivers son el ejemplo de un grupo unido por un sentimiento, un objetivo, un color, donde la jerarquía es la base de esa estabilidad. Incluso el recién llegado Nenad Krstić, de 28 años de edad, declaró que el vestuario céltico es otra cosa, se sentía como un novato al que le quedaba muchísimo por aprender. Por eso aunque la política de mercado haya sido nefasta (vendiendo a una pieza clave como Perkins), el nivel de juego haya bajado y la dependencia de Rondo sea cada vez más evidente, que nadie dude que los Celtics pondrán todo su orgullo, su inteligencia, su competitividad y su peso histórico para tumbar a cualquiera que se le ponga por delante.

Chicago Bulls. A la sorpresa de la temporada no le ha bastado con ser el mejor equipo de toda la liga para ser considerado como un rival a batir. Y es que, a pesar de que Tom Thibodeau haya construido un equipo sólido en todos sus aspectos, desde la mejor defensa del campeonato a un juego interior más que temible (con la dupla Noah-Boozer) y que gira alrededor de ese escolta que sube el balón llamado Derrick Rose, más que probable ganador del MVP de la temporada regular, todavía queda la duda de si este equipo está preparado para partidos grandes o por el contrario se empequeñecerá ante la presión. Al contrario de Boston, Chicago no tiene gente con experiencia en luchar por grandes cosas. Nos queda saber, por lo tanto, si el juego eficaz demostrado será o no eclipsado por la ingenuidad.


San Antonio Spurs. A pesar de que el final de campaña no ha sido precisamente bueno (alcanzaron las 6 derrotas consecutivas, algo que no pasaba en la franquicia desde mediados de los noventa), San Antonio tiene todo el mérito del mundo al haber conseguido reciclar un grupo que parecía estar caducado. Y eso ha sido gracias al excelente trabajo casi militar de Gregg Popovich, que ha conseguido sacar el máximo rendimiento a perros viejos como McDyess o Duncan. Pero la sensación es agridulce. Si bien sigue siendo el principal candidato para robarle a los Lakers su dominación en el Oeste, el esfuerzo físico está pasando factura a los tejanos. La falta de dosificación es un hándicap para la post-temporada, y ahora hasta Memphis se plantea como un rival duro, que incluso podría llevar la eliminatoria a los 7 partidos (la peor noticia para SA, gane o pierda).

Extra:

New York Knicks. Parecía que con la llegada de Melo y Billups las nubes habían cubierto el Madison Square Garden en horribles partidos donde la defensa era un circo, nadie defendía las penetraciones y el perímetro, los Knicks caían en picado. Pero llegó el partido contra Orlando, donde se vieron otros Knicks. Pusieron toda la garra e intensidad ausente en partidos anteriores, Carmelo Anthony por fin apareció con 39 puntos que llevaron a una costosa victoria, tanto en el marcador como en estado de ánimo, que llevó al equipo a encarrilar una genial racha de 7 victorias consecutivas, con Melo y Fields inspiradísimos y muchísima más velocidad de transición. Tras 7 años volvemos a nuestro territorio, el de los Play-Offs con un record positivo de 42-40, Boston será un rival complicadísimo, y no bastará con la sobrada calidad de Melo y cía., habrá que luchar por todos los balones, tener la cabeza en su sitio y derramar sangre sudor y lágrimas en la eliminatoria más atractiva para muchos y la más inoportuna para los que tenemos el corazón dividido entre Massachusetts y la Gran Manzana.


Denver Nuggets. Todo parecía negativo cuando se hizo oficial el traspaso de Carmelo Anthony, el jugador-franquicia. Sin embargo los aficionados de los Nuggets no contaron con que los jugadores que venían de la Costa Este, a lo mejor podían llegar a hacer algo, ¡y vaya si lo hicieron! Desde la marcha de Melo Denver empezó a subir como la espuma, con la formación de la mejor defensa de la Conferencia Oeste y un estilo de juego mucho más grupal, donde todos cuentan, y saltan a la cancha como si se conociesen desde niños. Es un milagro lo que George Karl está haciendo con esta plantilla. Por todo esto Denver Nuggets es mi apuesta personal, y creo que son serios candidatos para las finales de conferencia. Pero primero tienen que ganar una durísima y preciosa eliminatoria contra los Thunder de Durant, donde tendrán la oportunidad de mostrar hasta donde puede llegar un equipo sin estrella.

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